¿Qué tal si llevamos a otro nivel nuestras historias y las hacemos tangibles?
Hemos hablado de múltiples formas para contar historias, también de sus usos con casos prácticos. Pero, ¿qué es lo que pasa o debería pasar luego con esas experiencias narrativas? Si bien son necesarias para generar recordación, deberíamos tener la capacidad de desarrollar un producto adicional que nos permita ampliar el ciclo.
Del storytelling al storydoing
Con el storytelling tenemos un mensaje elaborado e hilado para llevar en un viaje a nuestros clientes, uno que además de comunicar, conecta y genera valor a nuestros propósitos. ¿Qué tal si llevamos a otro nivel esa historia y la hacemos tangible, por medio del storydoing?
Para ubicarnos le mostraré un ejemplo. Me encontré con este maravilloso comercial de la marca de lapiceros, plumas, marcadores y artefactos para escribir BIC, titulado What if you can pay with creativity? (¿Qué tal si paga con creatividad?).
¿Cómo es eso, pagar una cuenta a cambio de mi creatividad? Sí, sí señor, señora, señorita, dama, caballero, pague con lo que quiera menos con dinero.
Con este claro ejemplo, queda entendido cómo funciona en el mundo de los hechos el storydoing. El producto se involucra directamente con la vida de los usuarios y para el caso, cambia el paradigma de pago con papel moneda usual.
Storydoing es interacción
El asunto es así: El storydoing requiere una interacción directa con el público en general. Lo cual le permitirá construir o proponer escenarios que involucren todo su entorno y que el producto juegue una experiencia en la vida de las personas.
El salto natural del storytelling, de crear una historia o un mensaje que identifique a su compañía con una audiencia que será un potencial cliente, es hacer que ese mensaje se quede en la piel de ellos. Entonces no solo es representar una serie de valores, usted debe hacerlos tangibles por medio de experiencias vitales.
Coca-Cola nos muestra cómo hacerlo. En la campaña dos por uno celebrando el día de los amigos, la compañía logra que los amigos se colaboren para obtener un incentivo de celebración. Veamos:
La marca de refrescos toma una serie de valores universales (compartir, ayudar, trabajo en equipo, etc.) y los reúne alrededor de una celebración que conjuga a la amistad.
Use sus valores empresariales, aplique los valores de su producto, e ingéniese un motivo para hacerlos tangibles más allá del consumo propio, imagine cómo le gustaría a usted que le entregaran el producto o cómo involucrar a sus clientes con ello.
Es contar experiencias
Ahora bien, el storydoing es una consecuencia directa de saber contar sus propias experiencias y de realizar historias de contacto con la audiencia. Por lo tanto, si piensa en hacer una campaña usando esta herramienta, lleve la experiencia directa basada en lo que sus clientes ya reconocen. Esto, además de darle mayor fuerza a su campaña de storytelling, la mantendrá con vida en el tiempo, generando recordación.
Esta forma de involucrar a sus clientes también lo llevará a otros escenarios, unos conocidos, otros no tanto: Si usted ya realiza estudios de comportamiento de sus clientes, querrá saber cómo actuarán en el futuro. El storydoing le permitirá tener datos de reacción de primera mano, lo cual, a su vez, le dejará dilucidar comportamientos estableciendo parámetros, según la información recabada. Si no lo ha hecho nunca, diseñe una estrategia propia con medidas que le aporten desde lo que usted logre ver y percibir. Esto se consigue si tiene un guión definido con dos o tres variables sobre su servicio o producto.
Una de las mejores formas de lograr que el storydoing salga a la medida es invirtiendo los valores tradicionales de producción: Si usted desarrolla un producto para atender un público o una necesidad, podría probar cambiando realizando el estudio de un segmento poblacional y desarrollar un servicio que atienda algo que no hay. Además de poder lograr un escenario de prueba ideal para un storydoing, ahorrará dinero en desarrollo de objetos que necesitarán un respaldo de publicidad tradicional para lograr el enganche futuro requerido.
Un ejemplo cotidiano y cercano que ha dado resultado de esto lo encontramos en Uber y Airbnb. Empresas que nacieron para cubrir una necesidad no para crearla y que en su cotidianidad, están generando insumos para su storydoing.
No olvidar: Este método, técnica, uso para mejorar la experiencia de los clientes por medio de nuestra marca se logrará consolidar cuando la historia de fondo sea sólida y haya resuelto o puesto en marcha soluciones para un servicio o producto. No funciona de forma artificial, se requiere un respaldo narrativo estructurado y un ecosistema propio; el que da el respaldo de tener historia con fundamentos.
Ventajas comparativas del storydoing
Pasamos de narrar a crear una experiencia en el mundo real. Cambiamos la identificación con una serie de valores, a vivirlos o hacerlos sentir. La retroalimentación emocional es directa, por lo tanto el retraso entre acción-reacción es poca o nula. Esto significa inmediatez. El vínculo que crea la emoción de vivir la historia con los usuarios es de larga duración y con dificultad se romperá. Repercusión más allá de la historia. Las experiencias vivenciales suelen lograr viralización en medios de comunicación de forma rápida.
Haga vívidas las historias
Podríamos decir entonces que el storydoing es pasar de contar historias, a involucrar a los clientes vivencialmente en lo que esas historias representan. Convierta historias en experiencias y haga protagonistas a sus clientes y prospectos.
Fuente: http://bienpensado.com/pasar-del-storytelling-al-storydoing-mejor-dicho-del-cuento-a-la-accion/
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